Su nombre le viene como anillo al dedo, pues su color blanquecino le confiere cierta similitud con nuestro satélite. Aunque la piedra de luna no proviene del espacio, sí tiene numerosas aplicaciones en la Tierra, en cuanto a joyería se refiere. La dificultad para hallarla la convierte en un ejemplar costoso y deseado.
Características de la Piedra de luna
Este popular mineral está incluido entre las adularias que-a su vez-forman parte de la familia de los feldespatos. Pertenecer a esta selección le dio nombre al efecto de defracción de la luz en reflejos azulados que se produce sobre su superficie (adularescencia). Por esta razón, es común escuchar que reciba otras denominaciones como “ojo de pez” u “ojo de lobo”.
Si se corta en cabujones, se nota más el resplandor. Vale decir que la piedra de luna está compuesta, mayormente por aluminio, potasio, sodio y calcio. En la industria de la cerámica y el vidrio suele ser muy aprovechada, pero mucho más en la joyería.
Los hindúes se refieren a la piedra de luna como “chandrakant», que se traduce como “favorito de la luna”. Debido a su matiz, que luce un característico blanco tornasolado, a menudo puede ser confundida con la labradorita, siendo incluso comercializadas como tal. La opalina, la cual es una piedra sintética, también ha sido hecha pasar por esta gema preciosa.
Tradición e historia
Muchas leyendas le atribuyen poderes especiales a esta peculiar gema, la mayoría relacionadas con la Diosa Hindú Kali, en cuya frente reposaba una piedra de luna. La superstición ha hecho de las suyas a través de los años, pues se creía que poseer una pieza de este mineral le otorgaba influencia divina a su portador.
Otros mitos occidentales aseguraban que la piedra de luna estaba compuesta de pequeños trazos de la misma luna y que su “luz interna” contenía la energía positiva de un Dios. En la Roma antigua, se decía que las diferentes fases que experimenta la luna podían cambiar el aspecto de la piedra, y que era posible ver a la diosa Diana dentro de la misma.
En algunos sitios del mundo se le conoce a la piedra lunar como “roca de la madre tierra”, por generar un efecto positivo en las damas al momento del parto o, sencillamente, en su fertilidad.
Asimismo, fue bautizada como “piedra del viajero” por su uso como amuleto al emprender una travesía. La mayoría de tradiciones asociadas a la piedra de luna coinciden en enaltecer la figura femenina y la emoción más fuerte: el amor. Se cree que puede brindar equilibrio entre el ying y el yang, favorecer una frondosa cosecha y evitar un ataque de epilepsia.
Yacimientos de Piedra de luna
Es difícil acceder a un depósito de piedra de luna. No abundan y permanecen aislados. Brasil, Los Alpes Europeos, Sri Lanka, Madagascar, Usa, India y Tanzania, son los sitios donde se hallan las de mayor calidad. Sri Lanka se lleva el título de mayor productor, y el de mejor casta. Sus ejemplares son cristalinos, con un destellante azul.
Estos minerales provienen de una reconocida mina en Meetiyagoda, ubicada al sur de la isla. Aunque ya tiene 50 años activa, sus yacimientos están contados. También existen minas en Dumbrara, Imbulpe y Tissamaharama. Las piezas de piedra de luna más jóvenes pertenecen a espacios de Tanzania, específicamente en la localidad de Arusha.
El nivel de dureza de la piedra de luna según la escala de Mohs alcanza un 6.5 aproximadamente, siendo uno de los más bajos. De allí que no aguanta un pulido tan prolijo.
Variedad en el mercado
Aunque la más popular de las piedras de luna es la que luce un blanco tornasol, existen otras igual de atractivas:
- Piedra de luna arcoíris: es de un azul intenso y guarda similitudes con la labradorita. Se encuentra, sobre todo, en Sri Lanka y es bastante clara a la vista.
- Labradorita: fue descubierta en Canadá, justo en la Península de Labrador a la que debe su nombre. Destaca por sus colores rojos, naranjas y amarillos, aunque también puede ser transparente. China, India y Madagascar también cuentan con yacimientos de este fascinante mineral.
- Piedra del sol: como su nombre hace suponer, es de color amarillo, pero también puede ser rosada, naranja, roja o no tener ningún color en absoluto. Su característica de mayor relevancia es el efecto visual de luz, causado por incrustaciones metálicas en el material. Está en Estados Unidos, Madagascar y la India. Se le atribuye el poder de guiar por el buen camino a su portador.
Beneficios de la Piedra de luna
Aunque la utilización de piedras como protección de la salud es casi milenario, estas no sustituyen una visita al médico cuando es debido. Se dice que la piedra de luna estimula el buen funcionamiento de la glándula pineal y permite mantener el equilibrio de nuestro ritmo circadiano. Se cree que también ayuda a curar la fiebre, una fuerte cefalea o el asma.
También se le atribuyen «poderes» para mejorar el sistema digestivo, la hiperactividad, los problemas del sueño y la depresión. Espiritualmente, se dice que favorece el crecimiento interior y facilita la conexión con el cuerpo.
Cuidar una piedra de luna
En todas sus variedades: arcoíris, piedra del sol o la popular labradorita, es posible utilizar vapor en sus rutinas de limpieza. Evite a toda cosa el ultrasonido.
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