Los anfíboles son minerales inosilicatos, de la clase silicatos. Están compuestos por tetraedros de silicio y átomos de oxígeno unidos por enlaces covalentes y multitud de cationes. Comparten características físicas, químicas y estructurales con otros silicatos como los piroxenos.
A diferencia de los piroxenos, la cadena de los anfíboles da lugar a nuevas posiciones estructurales, un lugar aniónico y otro catiónico. El primero de ellos ubicado en los vértices no puentes entre tetraedros. El segundo, en coordinación decuple o duodécuple.
La fórmula general de los anfíboles es WX2 Y5 (Z4O11)2 (OH)2, donde Z= Si, Y= cationes medianos en coordinación 6, y X= cationes grandes en coordinación 8. W= Es el catión monovalente de gran tamaño que puede o no ocupar el lugar catiónico.
Sistema de Cristalización
Los metasilicatos de hierro, magnesio y calcio se caracterizan por su hábito prismático, cristales hexagonales y largos. Según el sistema de cristalización pueden ser ortoanfíboles (rómbicos) o clinoanfíboles (monoclínicos), éstos últimos de gran predominancia en la corteza.
Ortoanfíboles: entre los anfíboles de sistema de cristalización rómbico se encuentran la antofilita y la gedrita. La antofilita, común en rocas metamórficas, es un silicato de magnesio con impurezas de hierro. La gedrita es una variedad de la antofilita que contiene además aluminio. Integran también este grupo la antholita, grunerita, tirodita y manganogrunerita.
Clinoanfíboles: los anfíboles monoclínicos más conocidos son la actinota y la hornblenda, ambos anfíboles cálcicos. La actinota o actinolita es un mineral de color verde claro, brillo vítreo y textura fibrosa. Es accidental y puede tener variables: de fibras flexibles, denominado amianto; o de fibras rígidas, llamado asbesto. También se le conoce como cartón de montaña, cuando se presenta en masas afieltradas y flexibles.
Según su color
Hornblenda se le dice al anfíbol o conjunto de anfíboles aluminosilicatos, verdes oscuros o negros, opacos y excepcionalmente transparentes. Son de exfoliación imperfecta y fractura irregular. Constituyen gran parte de las rocas ígneas. Aparece en forma de aguja o pequeños prismas cortos, de exfoliación imperfecta y fractura irregular.
Entre los clinoanfíboles se diferencian además los sódicos-cálcicos, como la richterita, silicato hidroxilado de sodio, calcio y magnesio; y los sódicos: glaucofana y riebeckita, entre otros. La glaucofana es un anfíbol alcalino formado a alta presión. La riebeckita tiene origen en los eventos hidrotermales. Ambos son de color azul intenso o violeta.
Características de los anfíboles
Los anfíboles de carácter prismático aparecen en rocas magmáticas y metamórficas de alto grado. Los de formas tabulares a fibrosas están restringidos a rocas de metamorfismo de bajo grado. Todos se forman a partir de magmas más o menos hidratados, por lo que contienen agua.
La dureza de los anfíboles es media, de 5 a 6, y muestran dos planos de exfoliación que se cruzan formando un ángulo agudo de 56°. Poseen maclas simples o múltiples. El relieve es de moderado a alto. Por la presencia de grupos OH, los índices de refracción y densidad son bajos en relación a los piroxenos u otros silicatos.
El color varía, va desde el amarillo, marrón, verde y púrpura hasta el negro, marcado por la presencia o no del hierro, magnesio o calcio. Los minerales ricos en hierro son de color intenso, mientras que los que contienen más cantidad de magnesio lucen pálidos o incoloros. El azul o púrpura responde a los altos contenidos de álcalis.
La química de los anfíboles es compleja, habla de sustituciones interatómicas, que dan origen a la diversidad de composiciones y apariencias. Su nombre, derivado del griego amphibolos, delata el carácter ambiguo de los minerales inosilicatos.
Yacimientos de anfíboles
Los anfíboles son petrogénicos, componen infinidad de rocas ígneas y metamórficas, basaltos, alcalinos, granitos y gneises, entre otras. Se les haya naturalmente distribuidos. Los yacimientos más conocidos de su variedad verde oscuro- negra (hornblenda) están en Canadá, Noruega, España, Italia y Estados Unidos.
La actinota o actinolita tiene mayor ocurrencia en China, Rusia y Canadá, y puede observarse en agregados en columnas en Austria, Italia y República Checa. En Latinoamérica se consiguen anfíboles en Brasil y Colombia, asociada a esquistos, calcita o talco.
Algunas variedades de anfíboles, como la richterita, han sido encontradas en meteoritos. También asociados a otros minerales: calcita, flogopita, apatito, forsterita, leucita o plagioclasa. Y generalmente presentando impurezas como elementos de titanio, aluminio, cloro, níquel, potasio, flúor o agua.
Usos de los anfíboles
Pese a ser minerales comunes, los anfíboles no son considerados minerales de colección. Sin embargo, tienen múltiples usos en la industria, construcción, paisajismo y arte. El amianto se emplea en la elaboración de trajes y protectores ignífugos. La hornblenda es útil a la ciencia, más que a la industria y el comercio.
Los anfíboles favorecen la concentración y meditación. Además tienen propiedades electromagnéticas que alivian calambres y convulsiones. Es común su empleo en la medicina alternativa.
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