El nombre sulfato proviene del latín sulphur, que significa azufre. Se trata de sales y compuestos orgánicos derivados del ácido sulfúrico. Su estructura es la de un átomo de azufre rodeado de cuatro átomos de oxígeno. Es un elemento común en la naturaleza, con múltiples propiedades y aplicaciones. Su utilidad depende del metal con el que se encuentra «aliado».
Se constituye a partir del ácido sulfúrico en contacto con una base. También por su reacción ante metales cuyas sales forman iones electropositivos o cationes. Son sustancias iónicas, en su mayoría solubles en agua y otros solventes polares.
Por estar presente en gran parte de los minerales y disolverse con facilidad, buenas cantidades de sulfato se hallan en las aguas subterráneas. Niveles elevados de este compuesto pudieran afectar a los seres vivos, por lo que el agua potable es sometida a diversos tratamientos. La ósmosis inversa y destilación, así como el método de intercambio iónico, eliminan los excesos de sulfato en el vital líquido.
Tipos de sulfatos
Hay sulfatos orgánicos e inorgánicos. En los primeros, grupos orgánicos alquilo (representados con la R) sustituyen unos o varios protones de los compuestos orgánicos o ésteres. Resultan de la mezcla de ácido sulfúrico y alcohol, también de la unión del alcohol, cloruro de sulfurilo y una base. Están identificados con la fórmula R-O-SO2-O-R’.
El sulfato de dimetilo (CH3)2 SO4 es el sulfato orgánico más frecuente. Es empleado en la preparación de alimentos y bebidas, acentúa lo sabores y favorece la sinergia de todos los compuestos. Es innegable su aporte a la industria del vino, interviene en el sabor y aroma. Su acción es concreta en unión con otros ésteres. A pesar de esto hay reservas en su uso.
Sulfatos inorgánicos
Los sulfatos inorgánicos son sales que se forman cuando el azufre con un elemento químico o un radical, entran en contacto con el oxígeno. La oxidación de los sulfuros produce sales que tienen en común el ion sulfato:
Sulfato de cobre
De acuerdo al grado de oxidación del átomo de cobre, es clasificado como sulfato cuproso o sulfato pentahidratado. El sulfato cuproso es una sal blanca insoluble y escasamente utilizada. El sulfato de cobre pentahidratado es de color azul, en su estado natural es calcantita, materia prima de desinfectantes y fungicidas. También actúa como alguicida para piscinas y estanques, y aditivo o complemento alimenticio para animales.
Sulfato de aluminio
También llamado sal de aluminio. Se obtiene de la unión de hidróxido de aluminio y ácido sulfúrico. Es un polvo blanquecino soluble en agua y altamente ácido, corrosivo. Tiene muchos usos en la industria, se encuentra en los productos más sencillos y también en los complejos. Se utiliza para equilibrar el pH de las plantas en suelos alcalinos.
Por su carácter higroscópico, el sulfato de aluminio es utilizado en el tratamiento y purificación del agua. Hace que las impurezas se concentren de tal forma que es posible filtrarlas. Disuelto en agua, el sulfato de aluminio actúa como fijador de tintas en los tejidos. Acondiciona colorantes y telas de tal forma que no se arruinen al lavarlas. En el pasado era utilizado para la fabricación del papel.
Sulfato de hierro
Conocido además como caparrosa verde y vitriolo de hierro, su color va de verde a marrón, aunque también puede presentarse azul cristalino. Tiene varios usos, especialmente en la agricultura para la preparación de los suelos, controla el ph y aporta hierro a las plantas. Los iones de hierro disueltos en agua consiguen una apariencia rojiza bastante llamativa, deseada en hormigones, estanques y otras estructuras al aire libre. El sulfato de hierro es entonces utilizado como pintura en el ámbito agrícola.
Sulfato de calcio
El sulfato de calcio, anhidrita o yeso es muy útil en la agricultura. Controla las sales y desplaza el sodio en los suelos halomórficos. Aporta el calcio necesario a suelos ácidos. Se encuentra en la naturaleza como una roca blanca poco soluble. Sin embargo, hoy se comercializa en fórmulas amigables con el sistema de riego, para servir de fertilizante y/o acondicionador de los suelos.
La sal de ácido sulfúrico y calcio es además un ingrediente básico en la preparación de alimentos. Es común en las áreas de panadería, repostería, heladería, productos lácteos, comidas, salsas y condimentos. El sulfato de calcio es un agente texturizante, mantiene la firmeza o consistencia de los alimentos. También se emplea en la elaboración de medicamentos y pastas de dientes.
Sulfato de amonio
El ácido sulfúrico reacciona al amoníaco formando gránulos blancos o beiges, solubles en agua e insolubles en alcohol. Las sales de amonio, contentivas de nitrógeno y azufre se utilizan principalmente como fertilizante, pero tienen otros usos importantes. En la industria química, el sulfato de amonio es un componente de cosméticos, medicamentos, pinturas y polvos para extintores de fuego. También se emplea para la fabricación de textiles.
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