Sorprendente por su color azul intenso, la azurita es un mineral que ha deslumbrado durante miles de años por sus destellos de colores. Este color azul tan resaltado que posee, se debe a que es un mineral con fuerte contenido de cobre, pertenece al grupo de los carbonatos y su formación proviene de aquellos depósitos de cobre expuestos a la intemperie. Este mineral es conocido desde la antigüedad por los egipcios y los griegos, los primeros le otorgaban propiedades “mágicas” y decían que permitía la comunicación con los espíritus. Su nombre quiere decir azul y proviene del vocablo árabe, azur.
Las principales características y propiedades de la azurita
La fórmula química de la azurita es: Cu3(CO3)2(OH)2 y si descomponemos su estructura para poder ver las proporciones que cada elemento posee, lo que obtendremos será lo siguiente: 69,2% de cobre (Cu2+), 25,6% de dióxido de carbono (CO2) y un 5,2% de agua (H2O). esto es importante señalarlo, ya que, al aplicar calor, ésta se descompone, pierde el dióxido de carbono, el agua se evapora y queda sólo un residuo negro en forma de polvo, que no es otra cosa que óxido de cobre.
Su dureza es de 3,5 – 4 en la escala Mohs y su densidad es de 3,77 gramos por cm3. Su exfoliación es variable, de perfecta a mediana y al proceder a su fractura, ésta es concoidea.
Es soluble en ácidos, principalmente en ácido clorhídrico, donde su combinación produce una fuerte efervescencia.
Si bien es un mineral tóxico, permite su manipulación con las manos sin mayores riesgos, a diferencia de minerales como el cinabrio, que es altamente tóxico debido al alto contenido de mercurio.
¿Cómo se forma la azurita?
Este mineral se forma a partir de la oxidación de yacimientos de cobre, también a partir de todas aquellas soluciones que contienen cobre y reciben la acción de aguas con fuerte presencia de dióxido de carbono, conocidas como aguas carbonatadas.
Existe un mineral cuya composición es muy similar a la azurita, nos referimos a la malaquita que presenta una mayor oxidación del cobre. Cuando por efectos de cambios químicos, provocados por la naturaleza, una molécula de agua sustituye a una molécula de dióxido de carbono, en dos moléculas de azurita, ésta se termina transformando en malaquita. Este fenómeno de transformación se lo conoce como pseudomorfismo.
Usos y aplicaciones de la azurita
Griegos y egipcios tenían una alta consideración por este mineral, que se les presentaba tan bello a la vista. Su impactante color azul motivó que se le asignaran propiedades curativas y espirituales a la azurita. Los egipcios utilizaban los cristales de azurita para la confección de joyas, pero también fueron los primeros en utilizarla como pigmento en las sombras de ojos.
Desde los antiguos egipcios hasta la Edad Media, más precisamente hasta el período Renacentista, la azurita fue cada vez más utilizada en la elaboración de pigmentos de coloración azul. Durante muchos años, se utilizó para la elaboración de pinturas y acuarelas. Un ejemplo de ello, los frescos de la Capilla Sixtina, fueron pintados por el célebre Miguel Ángel y para los tonos azules que presenta esa maravillosa obra de arte, se utilizaron productos con azurita.
Posteriormente, este mineral fue dejado de usar en la elaboración de pigmentos, ya que, con los años, iba sufriendo un lento proceso de oxidación y se transformaba en malaquita, variando su color de un azul intenso al verdoso, desnaturalizando, de esta manera, las creaciones artísticas. En el presente, sus cristales son destinados a fines meramente ornamentales, son muy apreciados aquellos cristales que aparecen combinados con malaquita, debido a la vistosidad que ofrece la presencia de los colores azul y verde. Las tendencias new age le asigna, a la azurita, propiedades anti estrés, por lo que es frecuente encontrarla en negocios de este ramo.
Yacimientos y extracción
En la actualidad, los pocos usos prácticos de la azurita, han devenido en que no exista una explotación en particular y que su extracción esté asociada a la explotación de yacimientos de cobre. Su presencia en conformaciones rocosas superficiales, siempre están vinculadas a la presencia de mena de cobre. Vale la aclaración, que el cobre es el tercer metal más utilizado en el mundo.
Es posible encontrarla en todos aquellos yacimientos cupríferos pero los ejemplares más vistos de este mineral se pueden hallar en los yacimientos de cobre de Marruecos, Paquistán, Namibia y estados Unidos de América.
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